Escribo simples versos al cielo.
Con la esperanza de que estos resuenen de nube en nube y lleguen a tus oídos.
Han pasado 5 años, pero el olvido a punzante dolor, no cicatriza.
No superó no poder verte y escucharte.
El querer abrazarte y contarte cualquier cosa.
Se ha convertido en mi anhelo más esperado.
Finita es la vida.
He infinita parece la espera a nuestro reencuentro.
Tu nombre va marcado en el centro de mi alma.
En cada paso que doy, recuerdo cada lágrima derramada el día en que partiste.
La misión es no rendirse.
Y eso lo demostraste hasta el final.
Tu presencia cambió de mortal a celestial.
Pues entre sueños te miro deseando no despertar.
Hoy 23 de abril vuelvo a lanzar un beso beso cielo.
Rogando poder verte una vez más Abuelo.