Si me dijeras quien ser,
no sabría por dónde empezar,
tal vez te pediría otra explicación,
y te preguntaría qué harías en mi lugar.
Si me mandaras una opción,
una instrucción detallada,
probablemente me perdería en su detalle,
o entendería por mera casualidad.
Tal vez si entendieras quién soy en verdad,
no tendrías la necesidad,
me llegarías a conocer,
y hasta tal vez te podría simpatizar.