¿Por qué no querías que hablara con ellos?
Te ponías mal de saber
qué podíamos tener contacto cerca,
cómo si temieras que estuviese a nada
de descubrir lo que tanto ocultabas;
tal vez no era miedo a perderme,
tal vez era miedo a que por fin vea quién eres realmente.
Y lo ví,
pero aún así quise quedarme,
porque creí que seríamos mejores,
porque creí que tendríamos un cambio constante.
Nunca te reclamé nada
porque sentí que no era importante,
pero no notabas cómo ardías,
cómo también te veías desafiante.