Hasta mañana, amada mía,
que la noche taciturna sea guardiana de tus sueños;
que el silencio de la oscuridad te cobije,
y a la sombra de mi abrazo descanse tu silueta.
Seré guardián de tus anhelos,
centinela de tus sueños más secretos.
Duerme conmigo, amada mía,
que seré tu Quijote, y tú, mi dulce Dulcinea.
Luz de Flores