En la esquina de mi habitación,
donde una luz tenue sonríe,
mis letras y el tintero ansioso,
de que surjan las palabras.
En ese rincón donde nadie me ve,
es mi inspiración,
donde la creatividad fluye libre,
y mi alma se expresa.
Allí encuentro la paz,
y la soledad se convierte en amiga,
mi imaginación vuela,
y las palabras se vuelven vida.
En ese espacio íntimo y secreto,
mi corazón se abre,
y las emociones se desbordan,
en versos y rimas que brotan.
Es mi refugio y mi santuario,
donde puedo ser yo mismo,
sin miedo a juicios ni críticas,
donde la creatividad es mi libertad.
Por: Alex Palacios