Si con mil partes tuyas pudiera recrearte,
diez hombres requiriera para armarte,
tus muchas ocurrencias me darían unos,
algo de sensatez tomaría solo de algunos.
Pero con diez hombres no podría recrearte,
aunque tu ocurrencia y sensatez consiguiera,
ninguno me haría cosquillas en las rodillas.
Si con mil partes tuyas pudiera recrearte,
cien hombres requiriera para armarte,
de muchos la alegría de las tardes prestaría,
y el silencio de las mañanas alguno me daría.
Pero con cien hombres no podría recrearte,
aunque tu alegría y sosiego tuviera,
ninguno me haría cosquillas en las rodillas.
Si con mil partes tuyas pudiera recrearte
mil hombres requiriera para armarte
quizás con esos mil que me quisieran
yo lograría por fin que a ti te parecieran.
Pero con mil hombres no podría recrearte,
solo podría comprender la unicidad del ser
pues como tu nadie haría cosquillas en mis rodillas.