De un momento a otro,
El mundo se detuvo...
No fue un clic de reloj,
ni el silencio impuesto,
Fue un colapso de la realidad justo en el punto donde nuestros ojos se encontraron.
En ese micro segundo que se estiró como caramelo caliente bajo el sol,
cabía toda una vida,
y eso es lo que me aterra.
En ese instante fugaz,
vi el futuro que deseamos.
Una casa llena de libros desordenados,
el sabor del vino tinto en una cena tonta,
la cicatriz que te hiciste de niño,
y el modo exacto en que tu mano buscará la mía cuando el frío de la noche sea demasiado intenso.
Todo eso pasó en la fracción de un parpadeo,
y el alma gritó su verdad sin emitir sonido
El amor que siento no es una acumulación lenta,
es esta explosión constante que se reinicia cada vez que te observo.
Es como si mi corazón fuera un tambor que solo sabe tocar un ritmo.
Si el tiempo fuera una cinta, yo querría cortar este fotograma y colgarlo en el museo de las cosas perfectas, para estudiarlo hasta el fin de mis días.
Pero la belleza de este instante es tan brutal que trae consigo las sombras más oscuras del umbral.
Porque si este segundo es tan completo,
¿qué pasa cuando el universo decida seguir girando sin permiso?
Y es ahí, en la cumbre de esta dicha instantánea,
donde mi voz se quiebra y mi lógica se disuelve en una súplica cruda, sin adornos ni rimas complejas:
\"No me abandones..\"
Porque si este instante es la medida de lo que somos,
perderte sería volver a la nada,
al ruido blanco de la existencia sin propósito.
Que este segundo se replique,
Que cada vez que respires, sea un nuevo inicio,
una nueva revelación de que este vínculo no es tan solo casualidad,
sino la única constante en mi caótico universo.
Que el tiempo se doblegue ante la intensidad de este aquí y ahora
Te amo en este instante,
Y te amaré en el siguiente,
Y en el que le sigue, hasta que la eternidad se aburra de esperar.
Porfavor no te alejes..
El sonido del mundo