En el futuro veo
lo que vi en un pasado
plantado en los arcos
de las epifanías.
Hay un surco que cruza
toda existencia,
hay una daga que relame
en nuestros vientres.
Pero no llegas,
no hablas,
no relinchas.
Puede que todo acabe
de este modo.
Huyendo de los astros,
con una antorcha rota
pero aún llameante.
Dime entonces tu muerte,
y te diré la mía.