Gustavo Echegaray

SOÑANDO

Soñé que estaba soñando,

y eso era un sueño raro;

la noche giraba sin fin,

y yo, perdido en el pasado.

 

Soñé que no tenía nada,

solo un pedazo de orgullo

disfrazando los olvidos

que nunca llegan del todo.

 

Soñé que no me dormía,

pero tenía los ojos cerrados,

y los sueños se reían de mí,

como niños traviesos jugando.

 

Y amaneciendo entendí, cansado,

que soñar es seguir viviendo;

una forma de doler despacio,

en brazos del sentimiento.