Qué manía
¡Qué manía la tuya
de quererme poeta!
He querido escapar;
pero ya no me dejas.
Me ruge tu luz
por tal que, no duerma;
tremolando mis manos,
encendiendo la vela.
Cobijas mis noches
anunciando estrellas;
presagiando mi ausencia,
cual sirena de niebla.
Intento estar sola;
mas, siempre te acercan.
¡Vaya oculta armonía
de mis letras tan sueltas!
¡Qué manía la tuya
de quererme poeta!
Esa manía tan dulce
de tenerme así, ¡presa!