Leonel perez

El Tobogán

 

Al subir en cada escalón, el temor te acompaña. Al llegar, te sientas y miras hacia abajo, y ves la inclinación que rápidamente te llevará al suelo. Justo ahí estás tú y la voz interior ambigua: \"¡Lánzate! ¡Bájate!\".

¿Qué más da? Te arriesgas y al deslizarte, una sensación de libertad te acoge; simplemente ya no tienes el control, te dejas llevar hacia lo desconocido. Aterrizas, arrastrando tu cuerpo y llenándolo de arena, pero a pesar del dolor intrínseco, te permites sonreír.

Al descubrir que eso es lo peor que te puede pasar, una y otra vez subes al tobogán de la vida y te deslizas, hasta aprender a caer de pie.

Qué mejor ejemplo que el recibido en esas tardes de parque, donde pensábamos que jugábamos y resultó que descubríamos la resiliencia: intentar, fallar, volver y aprender, y mantenernos de pie ante la realidad, preparados para lo desconocido.

De eso se trata: de intentarlo aun a sabiendas de que corremos un riesgo, pero con el premio de convertirnos en valientes y poder enfrentar los obstáculos inevitables de cada realidad.

Te invito a que te lances y aprendas a sonreír, viviendo sin angustias y con valentía, y con fe en lo que creas, descubriendo que toda tormenta termina en serenidad.