Como un ensueño
loco y poético;
su cuerpo fue la fuente
del tierno y dulce empeño
que aspira amor magnético.
Grácil y pura,
tierna y preciosa;
con rayo muy fulgente
me dio su gran ternura
de bella y fresca rosa.
Verde mirada,
dulce y divina;
me brinda el aura ingente
de amor y paz bordada
igual que griega ondina.
Autor: Aníbal Rodríguez