Aire que mueves las ramas
En tu ininterrumpido andar
Por esas regiones que suelo soñar
Cuéntame otra vez dónde la bruma
Como velo cubre la montaña boscosa
Cuéntame de su vientre rocoso y oscuro
Donde se resguarda el bello unicornio
Y los tesoros oculta de ojos profanos
Aire viajero que nunca descansas
Acaríciame con esos tus dedos
Tus dedos que rizan el mar
Y danzan en las arenas
Cuántas historias no has visto
En tantos siglos de peregrinar
Cuando el mundo se movía acuoso
El caldero donde se preparaba la vida
Aire suave, a veces rugiente
A veces cantas y otras tantas lloras
Las palabras te cuelgan como un penacho
Y de diferentes colores son los idiomas
Largo penacho tejido de cuentos y mitos
Que vas propagando en tu recorrido
Un lenguaje que a la aventura incita
Cuando queda adherida a la mente curiosa