el brujo de letziaga

Es un decir, que te suplico...

 

Es un decir, que te suplico,
a tu hermoso cuerpo que abracé otro tiempo,
a lo que fuimos y nos hizo,
felices como la noche que deshacía nuestro lecho...

 

En el adentro más remoto,
a veces escucho el curso fugaz de tu latido,
que me idea cada verso,
con su ritmo que me prende y me hace diminuto...

 

Hoy, pasado el tiempo,
tu corazón late con sangre de otro fuego,
desde que levantaste tu vuelo,
quedando yo maltrecho con una herida en el pecho...

 

Y corre el destino,
sin presagiar el camino de tu regreso,
y aunque te lo suplico,
ya no podemos ser, por haber sido...