Cuenta la leyenda que hay un pueblo pequeño
Al que llegan los cuerpos de todos los compañeros
En cada tumba recide una lápida y letrero
La que tiene escrito un nombre y la edad en la que han muerto
Algunos tienen años, otros meses y segundos
...
Cuando pasa un extranjero de camino hacia el pueblo
Le preguntan al panteonero
-¿Porque niños solos han muerto?
Este hombre ya con calma, le explica sonriendo
-No son niños, son adultos lo que yacen en el suelo
-Lo curioso de este entierro es el tiempo que se ha puesto!!
Siéntese!!, le muestro, lo bueno del concepto
-En está tumba se encuentra Pedro, un fiel hombre y obrero, murió trabajando duro, pero se lo llevó el panteonero, tiene escrito cuatro años, es el tiempo que él estuvo, casado con doña Marta, una habitante del pueblo, esos años están dados en amor y compromiso, cuatro años fue el tiempo que él entrego aquello que llevaba en el alma a su amada doña Marta.
-Si se fija, y entiende lo curioso del concepto, no es la edad la que se marca, sino el tiempo que fue pleno, el tiempo que dedico a ser feliz a otro ajeno
El extranjero curioso, entendió por fin el cuento, camino con capricho por aquel suelo ya seco, caminando observaba cada nombre, cada tumba, y los tiempos recaían, en años, meses y días
Entendió el sentido de la vida, lo curioso del momento, la pregunta que les hago...
En tu tumba, al morir ¿Cuál sería tu reflejo?.. ¿Cuántos meses, cuántos años, haz dedicado al resto?...
Sé sincero y certero, piensa con gran claridad, si tuvieras que contar en tu tumba ¿Cuál sería el número a colocar?...
Fénix./