Los lunes son fatales para muchos.
Se empieza otra semana de trabajo,
al martes lo putean por lo bajo
y los miércoles se ven más bien feuchos.
Los jueves va cambiando de color
esta semana gris y destemplada,
llega el viernes así, como si nada
y más de uno se acuerda con dolor
lo flaquita que está su billetera.
Y el más de uno se acomoda de algún modo,
con el compa trago a trago y codo a codo.
Cuestión es que el domingo por la tarde
duele el cuerpo, la panza, la vista arde
y la cabeza es bongó y coctelera.
(Ya es lunes y allá afuera
está el sol, el barullo ciudadano
y la crueldad de un mundo a contramano)
Derechos reservados por Ruben Maldonado.