Otro ocaso y la tarde descansa;
la boca un odio menos recita,
una mentira menos necesita
ya no lesiona ni hiere la lanza.
Otro día el cortisol se vierte
con ríos de suspiros y sudores
con desaliento y estertores
que en mares briosos se convierte.
Otro día tan osado y valiente
peleando con guantes de acero
sin dar un golpe firme y certero
al imaginario de mi mente.
Otro día para refutar verdades
para pintar el error en un lienzo
para inventar, idear un comienzo
para evadir muchas tempestades.