๐•ธ๐–†๐–—๐–Ž ๐•ฎ๐–†๐–”๐–˜

Amarlo en silencio duele mรกs~๐Ÿ–ค

Desde la última fila de un mundo que no me ve,
te observo.
Eres un faro en la tormenta,
una figura demasiado grande para mi sombra pequeña.
Caminas entre la gente y el aire se abre,
como si el universo supiera
que tú no perteneces al gris que habito.

Mis manos tiemblan cuando pronuncias una palabra,
aunque no es para mí,
nunca es para mí.
Yo solo soy la niña invisible,
la que guarda un amor prohibido
en los cajones oscuros de su mente adolescente.

Mi reflejo me devuelve una enemiga,
una que no sabe amar su propia piel.
Mis ojos bajan,
mi voz se apaga,
y mi corazón se vuelve un diario sin lector.

Te pienso como quien respira sin permiso,
me obsesiono con cada gesto,
con cada mirada que lanzas al mundo 


aunque ninguna caiga en mí.
Te idealizo, te dibujo en mis sueños,
como si tu sonrisa pudiera salvarme
de mí misma.

Cada día, mi silencio pesa más.
Me hundo en mis pensamientos como piedra en lago,
y la superficie se cierra,
como si nunca hubiera existido.

No me acerco.
No debo.
Soy la mancha en un cuadro perfecto.
Y aun así, mi alma corre detrás de ti
como una niña descalza en la lluvia,
sin importar que el barro le cubra los pies.

No sé si esto es amor,
o una obsesión que nació
del vacío que habita en mi pecho.
Pero cada noche, en la soledad de mi habitación,
tu nombre es el único sonido
que no duele…
hasta que recuerdo
que nunca será mío.