tú que surcas los cielos,
que vives en el horizonte
y duermes bajo el sol,
tú que ayudas a los pobres
y consuelas al que llora,
¿dime, dónde te puedo encontrar?
tú que vives en el cielo
y los ángeles risueños te alaban,
dame un mapa
para poderte amar.
subiría la montaña más alta,
cruzaría lugares,
esos donde apenas pasan las venas,
si tan solo tuviera un mapa
para la hierba alta,
y no perderme
donde el mar se agita.
sé que, adonde vaya,
si ahí te encuentro,
valdrá la pena,
así sea el ancho mar