El sol en la tarde aquélla,
rompía los corazones
con sus trompetas de plata.
Oh tú, que aún no me olvidas:
Toma el corazón y grita
que yo estoy aquí en la fuente
esperando un beso frío.
Tendré listas las quimeras
cuando llegues de aquel viaje
con el equipaje a cuestas...
buscando mis manos viejas.
L.G.