sardach

Hendiduras de un pétalo

Hendiduras de un pétalo,
no viajes al horizonte.

¿Para que me sirve un choque;
empaparme, herirme, cansarte?

Inmolarme tal fecha en tu pecho,
fantasía mágica
que a mí me dura tan poco;
no se a que hora pero te vas
con suerte mañana
queriendo contemplarte sin prisa.

Cuidaré de no estrellar contigo.

Debo lanzarme a tiempo,
con la fuerza medida,
con el debido cálculo.

Para, al dirigirme a ti
no volverme una astilla bien clavada,
ni seguir delante tras la última mirada.

Llegaré de tal forma
que orbitaré en ti, amor mío.

Entraré en el ritmo justo,
donde nunca salga de tus bordes.

Estaré arriba,
sobre tu inmensidad


No debo de estrellarme,
ni pasar de largo,
tengo que orbitarte, amor.

Bebiendo en cada vuelta,
bebiendo en cada vuelta,

deslumbrado
en cada vuelta.


(Ser el cantor
que ya no viaja,
rico en colores,
embelezado y dedicado,
que refina cada día
sinfín de tramas
del libro de cuentos
donde siempre sales tú.

Tú,
tu nombre repetido mil veces,
tú.)