Esos ojos
Esos ojos vanidosos
que cualquiera ve mirar,
no son más que dos colosos
como el cielo y como el mar.
¿¡Quién pudiera ser el dueño
del cristal de tus pupilas!?
Si nos brinda siempre el sueño
muchas noches intranquilas.
Puede ser que nunca llegues
al que quieres que tú sea;
sin embargo, mientras juegues,
él contigo se recrea.
Y no des pasión al juego
que, tus ojos son albor.
Anda y piensa, desde luego
que, por ti, muero de amor.
Esos ojos que me miran
y me llevan por doquier:
yo no sé cómo me inspiran,
anda tú, dilo mujer.
¡¿Cuántos ojos has mirado
y cuántos yo miro también?!
Mas los tuyos se han quedado
como perlas en la sien.
Esos ojos, engañosos,
¡cuánto guardan al mirar,
si al final, los más hermosos
nos consumen con pensar!
¡¿Quién pudiera ser, por tanto,
la razón que ves bonita,
para ver cómo tu llanto
se estremece en tu boquita?!
¡Ay, tus ojos que me llaman
sin medir los desafíos:
si yo al verlos pues me aclaman,
cómo quiero y sean míos!
Samuel Dixon