Angel Samuel

Él perdón es devoción

Él perdón es devoción

¿Acaso Pedro nunca se rindió?
¿Acaso Pablo nunca se doblegó?
¿Acaso Judas no se arrepintió?
¿Acaso Tomás nunca dudó?

Esos apóstoles, aunque defectos
poseían por ser simples humanos,
Dudaron y siempre tuvieron miedo,
Pero lo que hicieron no fue por ellos.

Ellos lo hacían por Dios,
Por ese Padre que es amor,
Para guiar a todos los pueblos
Al arrepentimiento, a ser hijos

de la gran divinidad que ofrece
Santidad, amor y mucha suerte
A aquellos que realmente lo siguen
Y siempre esos ideales persiguen.

Entonces, Dios existe porque hay fe;
Lo oyen, pero pocos proclaman de Él.
Él siempre está cerca, pocos lo sienten,
Porque están solos y se entristecen.

Pero no, hermano, tú nunca estuviste solo;
Tú siempre lo tuviste a Él a tu lado.
Tan solo estaba esperando que lo escuches,
Tan solo esperaba que confíes y lo ames.

Así que ve, escúchalo, reza todas las noches.
Por aquellos que te aman; tu tiempo no derroches.
Solo sigue el recto camino de sus mandamientos,
Y cuando te equivoques, ve con arrepentimiento.

Porque el arrepentimiento sana a su perdón,
Te ofrece vida, una bella y grandiosa bendición.
Mas el terco que odia en llamas se quemará,
En las llamas del infierno que no pararán.

Hasta que él mismo se perdone y rectifique
Todo el mal y odio que ha de esparcirse,
Por no arrepentirse de todos esos rencores,
Pues el perdón es eterno y ofrece amores.

Amor a todo aquel que te hizo daño,
Y el que dañó también debe pedir perdón,
Pues tanto te hizo sufrir y tú a esa persona;
Pero recuerda que el mal nunca perdona.

Así que a todas esas personas malas,
Aléjate; mas no dañes, tan solo sácalas
de tu vida, de tu memoria y corazón;
Que no haya espacio para maldición,

Tan solo espacio para más y más
Amor, que es el mayor valor de Cristo.
Tanto amor nos tuvo que fue sacrificio;
Por eso, perdona y sé persona de valor.

Autor: Samuel Fuentes