En el susurro
del viento perdido,
las sombras
se entrelazan con la luz,
buscando el calor
de un abrazo,
aunque el tiempo
parezca cruel y rudo.
Cada lágrima habla
de un sueño,
un eco de risas
que no se han ido,
pues en la penumbra,
la esperanza florece,
y el corazón sabe
que nunca está herido.