Te vi volar,
de nuevo, entre las nubes
y no ibas sola.
Te acompañaban
los ángeles del cielo
en un cortejo.
Creí soñar
y que era una utopía
lo que veía.
\"Cosa de niños,
que siguen en la infancia,
y con sus sueños\"
Eso decía
mi pobre pensamiento
mientras miraba.
Y así nacieron,
vibrando unos suspiros
para unos versos.
Y te escribí,
igual que tantas veces
para llamarte.
Grité tu nombre,
te dije que volvieras
que yo te amaba.
Pero seguiste
volando, indiferente,
a mis palabras.
Quise creer
que el viento y la distancia
nos distanciaban.
Que no escuchaste
mi voz, y que mis versos,
quedaban \"mudos\".
Pero dejaste
el rescoldo de tu vuelo
en mis pupilas.
(Y así te amé...)
Rafael Sánchez Ortega ©
03/10/25