Raul Gonzaga

Una divina presencia

Contemplar esa belleza,
alegría de vivir,
esa forma de sentir
inesperada sorpresa;

su firme andar de princesa,
esa cadencia al seguir
por el sendero y reír:
admirar su gentileza;

silueta inconfundible,
que robó mi corazón
y me llenó de placer;

sensación indescriptible
de ansiedad y pasión
por tan selecta mujer...