Estoy forjando un mar de estrellas,
para explotar las mil cometas,
llenas de perlas y tormentas.
Prendí el vuelo sin ningún sueño,
sin galaxia, solo con duelos
que tienen sabor a consuelo.
Mi nave observó un mar de piedras,
me dijo —«regresa a la Tierra»—,
pero lo ignoré por la niebla.
Me observó un cometa sin miedo
e intentó ahogarme en el cielo,
cubierto de un aroma viejo.
Llegué a un lugar con tocadiscos
para disfrutar los respiros
de una canción sin su sonido.
Caminé en un disco de lágrimas,
tracé algo nuevo en cada página,
pero me perdí en lluvias trágicas.
Vi pasar un reloj de arena,
pero se perdió en las cadenas
de un aire que mata las velas.
Saturno tienes aquí el tiempo
de un barco sin fuego ni vientos
que le entreguen su propio aliento.
Reposa aquí quien ya no vuelve
ni con el llanto que conmueve
a la noche que nunca muere.
06 de agosto 2025