muchos rezan,
pero no le conocen,
es como leer un poema
sin desnudarlo.
pocos oran,
andan de conquista,
se ponen su mejor pinta,
y al Espíritu Santo
le hablan con una bella sonrisa.
son pocos
los que se aman como hermanos,
mas muy común
los que menosprecian a sus enemigos.
hay excepciones,
de algunos que viven enamorados de DIOS,
le piensan,
le sueñan,
y antes que hablar,
le escuchan.