Benditas las notas de tu voz.
Bendita tu alma dulce
que despierta mi interior
y me alivia del dolor.
Benditos tus chistes
que sonrientes calan en mi ser,
oh, amada mía, bendito el día en que me enamoré.
Benditas tus pecas
y tu forma de abrazar
que quisiera algún día
me pudieran tocar,
bendita tú seas,
bendito tu mirar, ese
que me hizo de ti enamorar.