Las letras que nacen
del alma fluyen como
río eterno:
unas veces con tormenta,
otras, muchas, en paz y calma.
Hay de ti, río de vida,
si no andas despierto,
si no eres consciente.
Si no estás completo,
cuando no llevas savia.
Hay de ti, río de vida,
cuando no llevas agua,
corriente interior,
cuando no llevas alma.
Hay de ti, río de vida,
si tu cauce está vacío,
si su raíz está dormida,
cuando no llevas savia...
por dormirse el alma.
Completa y siempre eterna,
como aurora fluye libre,
de pura vida y savia,
que brota desde el alma.
Alma que es eterna luz,
presente en cada paso,
por siempre alma.
Por siempre viva el alma,
que guía y nunca falla...
¡Por siempre viva el alma!