Max Hernandez

Solamente escribir

Al empezar a escribir esto, me percaté de que no tengo la más mínima idea sobre lo que iba a escribir. En realidad, hasta este momento no sé sobre la dirección de mis ideas o mis sentimientos, lo único que es cierto es que mis manos están libres y escriben lo que les plazca. Siempre lo han hecho, nunca he pensado mucho en las cosas que vendrán o en todo aquello que puede suceder en mi imaginación. Qué imagino ahora? No es muy difícil, ahí va...

 

Estamos tú y yo en la playa, ambos descalzos aunque vestidos. Nuestras ropas son ligeras, yo llevo unos pantalones largos arremangados y una camisa desabotonada. Tu llevas un vestido largo de cuerpo entero con un cinturón. Tu cabellera es la reina de la fiesta, se mece libre al viento, se llena de pequeñas gotitas y algunos granitos de arena que hacen que las luces vayan y vengan en una sinfonía mágica. Corremos por momentos, otras veces solamente caminamos, de la mano, en la playa. nuestros pies se mojan, se cubren de arena, son felices. Somos felices, me abrazas, me besas, huyes de mi, me persigues. No necesitamos más nada...

 

Tumbados en la arena, estás sobre mi, me exploras, juegas con mi cabello, con mis pestañas, con mis labios. Besas mi piel, besas mis cicatrices, mis pezones. Te deleitas cuando me estremezco, te divierte hacerme sentir todo ese cúmulo de pasiones y sensaciones que amenazan con explotar. Disfruto el momento, disfruto de esa eternidad, mientras mis manos no se mantienen quietas y te exploran sin dejar libre ningún lugar...

 

El mar es nuestro cómplice, el atardecer se alarga para también disfrutar de la escena apasionada. Las gaviotas están paradas sobre las rocas, nos observan con curiosidad. Hay sirenas y otros seres de mitología que están cantando, el mismo dios del mar ha venido y nos da su bendición. No necesitamos más nada, pues nos tenemos tú y yo, la playa, las arenas, el mar...