Después de un tiempo
de olvidar para seguir
ese presente errante...
Fuiste red de pesca en la creciente
de un caudal escondido.
El corazón subleva con ansias
salir del letargo de la amnesia
sin una gota de alcohol,
más sobrio que nunca.
Se aparece ante mí el duelo de recordarle
con una sonrisa en mi rostro.
Deslizando con dulzura y elegancia
esa lágrima valerosa
por las arrugadas muecas
que no alcanzó a dibujar en su mirada.
Desconozco la causa de ese fenómeno que produce la luz que atraviesa la ventana.
Pero sé que he quedado con las razones para sentir su presencia
cuando se posa en mi frente.