En mi vista tan cansada,
tan vacía, tan callada,
apareciste de pronto,
como una estrella olvidada.
Brillando con una luz serena,
tan suave, tan verdadera,
iluminaste mi sendero
y curaste mi ceguera.
En mi mundo indiferente,
tan perdido, tan ausente,
tu voz llegó a mi silencio,
y en tu abrazo fui valiente.
Agradezco a la fortuna
que tu alma me encontrara,
pues desde que estás conmigo
ya nada me falta, nada.
Te adoro con toda el alma,
con mis manos, con mi ser,
hasta que el pulso me falte
y deje mi piel de arder.
Te ofrezco mi amor eterno,
mis días, mis madrugadas,
mis horas, mis segundos,
mis noches desesperadas.
Porque vivo por tus ojos,
y viviré por tu luz ,
eres mi razón de vida,
mi principio y mi sustento.
Si la distancia nos hiere,
o la muerte a mí me llama,
mi espíritu irá contigo,
te seguirá como llama.
Mi amor será infinito,
mi amor será inmortal,
mi amor será solo tuyo,
más allá de todo mal.