Cuando golpea alguna ola,
siempre deja una resaca,
y aquella espuma es que opaca
(efímera) lo que asola.
Y es cuando el fondo dice: \"¡Hola!\",
que con sus nuevos defectos
convive. Aunque es imperfecto.
La ola le marcó su vida.
Y aburrida, se dió en huida.
Así es el mar, su trayecto.