Me has dejado apreciando tu grave dulzura
que a mi cuerpo perdido dejó con anhelos.
Sediento en mi ansiosa amargura,
busco a diario tus ojos callado y con celos,
en donde me ahogo afiebrado
contemplando tu vidrios de abismo esmaltado.
¡Espléndida luz soberana
que me pierde al mirarme con gracia tirana,
dejando a mi cuerpo extasiado...!
Pero vuelvo a perderte de vista, y me quedo
solitario esperando tu vista impetuosa,
y brota de nuevo en mí el miedo
mientras sigo esperando tu vuelta, gloriosa
tirana de abismos visuales
que me deja sediento de vistas mortales.
* * *
El fangal es una estrofa que yo inventé. Mezcla tridecasílabos anapésticos (con acentos 3, 6, 9, y 12; el tridecasílabo puede ser simple o compuesto, que tendría hemistiquios de 7+6) con eneasílabos anfibráquicos (con acentos en 2, 5, 8). Los eneasílabos se usan por razones de encabalgamiento rítmico. Usa tridecasílabos porque el tridecasílabo es un verso poco usado (literalmente Rubén Darío lo usó solo una vez, en su soneto «Urna votiva»). La rima del fangal sería A13 - B13 - a9 - B13 - c9 - C13 - d9 - D13 - c9 - E13 - F13 - e9 - F13 - g9 - G13. Un poema puede tener cuantos fangales quiera el poeta.
Espero que a alguien le agrade este tipo de estrofa.