Para quien comprende que el deseo no es solo un instante, sino un territorio eterno donde two almas funden sus mitologías. Para quien prefiere permanecer en el umbral gozoso, donde el cuerpo es verbo y el abrazo, un concierto que viaja del infierno al cielo sin pedir permiso. Que estos versos recuerden que amar, en su estado más puro, es habitar un temblor que no conoce final.
Para ti, mi Pantera Negra.