El elefante pequeño
no quería descansar,
decía: “falta un destello
de la luna sobre el mar”.
La madre lo acuna y canta:
“dormirás en mi canción,
cuando el sol cierre su manta
te dará su bendición”.
El elefante sonríe,
ya no teme a oscurecer,
porque en sueños él confía
que mañana va a llover.
Y al llegar la madrugada
paquidermo despertó
se apocó aquella alborada
porque el cielo más lloró.