PROTEGIDOS EN LOS FLANCOS
En las calles se refugian a menudo
los paseantes, que, de otro modo,
andarían dispersos por el término
a expensas de la ráfaga de viento
o del hielo de las huertas
siempre tan resbaladizo,
que tendrían que discurrir por fuera,
por los tramos más aireados
y a la intemperie en todo momento.
Mientras que el casco urbano
constituye un refugio –con sus balcones
sus saledizos, sus pórticos,
sus familiares recodos,
su puestos de venta al público–,
que los protege en los flancos.
Y frente a la improvisación,
también ofrecen las calles
un sistema de ideas consolidado.
Gaspar Jover Polo