Para Víctor Manuel Romero Rosales, quien ha sabido sentir con mi mismo corazón.
Vengo a recordarte,
algo muy dulce y tierno
vengo a recordarte,
Tú eres así,
como una fresca y tierna rosa,
un joven galante,
una manzana jugosa,
con guapísimo semblante.
Le complació a Dios
darte bellos beneficios,
el copo de tu piel, blancura
donde brota suavidad y dulzura,
recomienda sanos vicios...
Dios hizo para tí, muchacho,
los ricos lirios y las madreselvas,
perfumando el sendero
para cuando vuelvas...
Y plantó un jardín en el sereno
paraje donde reposa tu casa
en donde juega tu corazón bueno.
Annabeth Aparicio de León
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