El bar en el que yo entro, será tu cuerpo entero.
El licor que yo deseo probar, serán tus dulces labios.
Y el sentimiento de embriaguez, serán los besos que yo siempre he deseado.
El fuego de tu carne será el aguardiente que me lleve al momento más placentero.
El efecto se me pasará, pero tú estarás ahí sirviendo la otra copa, amor.