Hace unos años, no han pasado tantos,
reíamos mientras posábamos bajo la sombra
del más lindo árbol del botánico, besándonos
y prometiéndonos el incierto futuro, por nuestro cierto amor.
No necesitábamos mucho, el calor
del otro antes era suficiente,
tiempos diferentes.
No sabía nada de eso, fuiste tú quien me enseñaste,
poco a poco, como si de montar bici se tratase.
Fuiste gentil en el proceso, toda una dama.
No sé cuándo fue el día que dejé de intentar,
el día que tu corazón dejé de ganar. Trato de olvidarlo
para no volverme loco, el día que la sonrisa se fue de tu rostro.
Ahora ambos deambulamos por el mundo, rotos,
tú buscando el amor de tu vida,
mientras yo me cuestiono por qué el mío se fue.
A veces me deprimo,
y el sueño no concilio,
porque la cama es grande,
no te tengo aquí conmigo.
Me ayuda la luz de luna
a tu cara recordar,
esos ojos tan inmensos
en un ser tan especial.
Te deseo lo mejor, te deseo.