De nada, llegas otra vez a mi mente,
del vacío apareces de repente.
Decías que no volverías,
pero de la nada abres mi puerta.
Entras donde no debes estar,
este lugar ya no te pertenece.
Y de pronto, en mi mente surge toda tu figura,
desnuda, como aquella madrugada.
Dices pedir “una más”,
un juego más, un acto más,
un polvo más…