Me decía entre lágrimas, que se iba, lejos tan lejos que su aroma solo quedaría en mi recuerdo, que una musa debía tener ciertos requisitos y aun con todos mis argumentos, dio la media vuelta y se largó.
Mi musa, no te puedes largar, ni menos yo, despegarme de ti, vienes a mi mente con cada fragancia, con cada nota de este piano, con cada detalle de esta casa, y cuando salgo a pasear por el pueblo, estás ahí