Dibujamos los retratos de sus viejos pasajeros
que vienen en un tren de paso.
Nuestro amor se hizo viejo,
cual sendero transitado.
Dos amigos, dos amados,
que vivimos en este plano.
Mi viejo compañero, hoy estamos de la mano.
Miro atrás y veo cuánto hemos recorrido.
Hoy, ya viejos, nuestros hijos
con sus hijos de la mano.
Han pasado ya los años,
y la casa se hizo enorme.
Lo que un día fue estrecho
ya hoy vacío y muy conforme.
Forjamos nuevas historias,
las que dimos ya un nombre.
Criamos a nuestros hijos,
hoy mujeres y ya hombres.
Han pasado ya los años,
caminamos ya conformes
rumbo a esa estación
donde esperaremos juntos
en aquel último vagón.
Mi amigo y compañero,
cuántas penas y alegrías
vivimos los dos juntos,
con apenas cuatro esquinas.
Forjamos un hogar con madera y aserrín,
pusimos piso de tierra y planeamos desde ahí.
Hoy, tus manos ya arrugadas
muestran cuánto hemos vivido.
Tú a mi lado y yo al tuyo,
juntos nos despedimos.
Párate, viejo, que ahí viene
el vagón de los recuerdos.
Esta es nuestra parada,
hoy nos vamos juntos al cielo,
ya conformes y tranquilos
de lo vivido y amado
Equivocados y seguros,
pero dimos lo entregado.
Si de algo nos arrepentimos,
lo dijimos en su tiempo.
Que nos perdone Dios,
que para el hombre ya hemos muerto.
Desde el cielo miraremos
lo mucho que construimos.
Como dice el hombre sabio,
cosechamos lo que sembramos.