NUNCA FUISTE TÚ MISMA
Nunca fuiste tú misma,
solo un eco de lo que esperaban de ti.
Una risa ensayada,
una voz medida en tono y forma.
Te moldearon con gestos ajenos,
te enseñaron a no decir lo que dolía,
a sonreír aunque el alma
pidiera silencio.
Nunca fuiste tú misma,
y aun así te quise como si lo fueras.
Te abracé entre máscaras,
esperando que un día las dejaras caer.
Pero te creíste el disfraz,
como quien olvida el rostro detrás del espejo.
Te perdiste cumpliendo promesas
que nunca nacieron de ti.
Y ahora, cuando ya es tarde,
cuando solo queda el recuerdo
de quien pudo haber sido…
entiendo:
la que amé no eras tú,
era la que tú también buscabas.
© Corazón Bardo