Del astro al viento, en música doliente,
persigo tu belleza inmaculada;
cual sombra fugitiva, desterrada,
que huye del peregrino persistente;
en cada gota límpida y luciente,
en cada aurora púrpura, velada,
descubro tu presencia, más callada
se esconde tras el velo transparente.
Como águila que asciende majestuosa
buscando entre las nubes su destino,
mi alma se eleva, inquieta, silenciosa;
mas halla en cada cumbre cristalina
solo el reflejo de tu luz hermosa,
perpetua en lejanía diamantina.