Esta sed de justicia que me empuja
a mi libre albedrío y pensamiento
y me lleva a morir en el intento
de no entrar por el ojo de una aguja.
Deseo caminar con pundonor
y no vivir con miedo y derrotada
no bajar ante nadie la mirada
ni sufrir en mis carnes el rencor.
Yo no quiero vivir con amargura
ni encerrada en mi pena y confusión
al filo del delirio y la locura.
Yo quiero ser la dueña de mi vida
y disfrutar henchido el corazón,
de la paz, por mi esfuerzo conseguida.