Déjame volver a grabar tu voz,
volver a bailar bajo tus pupilas,
oírte otra vez en el altavoz
hasta dejar las montañas tranquilas.
Déjame volver a colorear
infinitos paisajes y castillos,
con nubes suaves que sepan soñar
y anhelen vivir en nuestros pasillos.
Déjame volver a sentir tu brillo,
que dejabas en cada anochecer,
el olor a café que maravillo
y tu sonrisa en el amanecer.
No me importa si mi tiempo me come,
si me caen lluvias o mil tormentas;
no dejaré que mi miedo se asome
y me entregue mil verdades friolentas.
La tierra es un refugio tan seguro,
un sitio donde habitan los recuerdos,
paisaje que se torna gris y oscuro
por cargar amores y desacuerdos.
15 de julio 2025