Luis Barreda Morán

Nuestro Rincón En El Mundo

Nuestro Rincón En El Mundo 

La brisa nocturna mece con suavidad las hojas ya secas,
mientras la luna proyecta su tenue luz sobre nuestro refugio,
tus labios esbozan una sonrisa que ilumina mi existencia,
y en este rincón del mundo solo existimos tú y yo,
fundiéndose nuestras almas en un abrazo sin tiempo.

Tus ojos reflejan la luz de las estrellas fugaces,
contándome historias sin necesidad de pronunciarlas,
mis dedos trazan suaves caminos sobre tu espalda,
mientras la noche canta una canción de paz absoluta,
tejiendo sueños que guardaremos para siempre.

El mundo exterior parece detenerse por instantes,
nuestras risas flotan en el aire como notas musicales,
el calor de tu piel se confunde con mi respiración,
construyendo castillos de algodón y esperanzas,
donde el mañana se presenta lleno de promesas.

Las sombras bailan lentamente sobre la pared,
dibujando figuras que narran nuestro cariño,
tu rostro se convierte en mi paisaje favorito,
ese lugar donde encuentro calma y fortaleza,
y donde planto semillas de futuros felices.

El reloj parece haberse dormido en la mesita,
regalándonos horas que se extienden dulcemente,
tus susurros me llevan a viajes por galaxias,
creando universos donde somos inmortales,
y donde cada momento sabe a felicidad pura.

La madrugada pinta suavemente el horizonte,
anunciando con colores su llegada callada,
nuestras miradas conversan en lenguaje antiguo,
prometiéndonos constancia en todos los días,
mientras las aves comienzan su primer canto.

El amor se ha instalado en este espacio sagrado,
cubriendo cada rincón con su manto brillante,
transformando lo simple en extraordinario,
llenando de sentido cada latido que damos,
y haciendo eterno lo que el tiempo quisiera llevar.

Ahora descansas plácidamente entre mis brazos,
tu corazón late al mismo ritmo que el mío,
el universo entero cabe en este instante,
donde todo se reduce a este amor que nos guardamos,
sellando con un beso suave nuestra eterna promesa.

—Luis Barreda/LAB