LA NOSTALGIA QUE PERDURA
Hay una nostalgia
que el viento no logra esconder.
Al final, los lugares
son la gente que los habita
y los instantes que en ellos laten.
Hay una nostalgia
cuando las campanas
abrazan tardes grises
y el aroma de tierra mojada
se mezcla con el perfume
del pan recién horneado.
Hay una nostalgia
que perdura en las paredes,
en las voces que se fueron
y en los umbrales que guardan
el eco de los pasos
y el silencio que queda.
– LMML.